Pobreza y riqueza (cuento corto)
Pobreza y riqueza: Cuento corto que aborda ambas realidades
Había dos familias, una vivía en un barrio pobre y la otra en una zona de clase media. La familia del barrio pobre estaba compuesta por una madre soltera, su hija de seis años y su madre anciana que sufría de diabetes. La madre había perdido su trabajo y no podía pagar el alquiler, por lo que se vieron obligadas a vivir en una casa abandonada. La madre hacía lo que podía para conseguir algo de comida, pero muchas veces pasaban hambre
Por otro lado, la familia de clase media estaba conformada por una madre, un padre, un hijo adolescente y un abuelo que sufría de obesidad. Aunque la familia tenía un trabajo estable y podían comprar alimentos, no le daban importancia a la alimentación saludable y consumían alimentos procesados y grasosos en exceso.
Un día, la anciana del barrio pobre empeoró debido a su diabetes y la familia necesitaba conseguir insulina de manera urgente. La madre intentó solicitar ayuda en un hospital cercano, pero no podían brindarle la ayuda necesaria ya que no tenían seguro médico. La familia se quedó sin opciones, y la anciana finalmente falleció.
Mientras tanto, en la familia de clase media, el abuelo seguía consumiendo alimentos insalubres en grandes cantidades y su salud continuaba deteriorándose. El hijo adolescente intentó convencer a sus padres de cambiar sus hábitos alimenticios, pero ellos no le hacían caso.
Finalmente, la madre de la familia del barrio pobre decidió ir al supermercado a robar algo de comida para su familia. Fue atrapada y llevada a la cárcel, pero informó a las autoridades sobre su hija de seis años, y las autoridades tomaron medidas para proteger a la niña y brindarle atención.
Ambas familias vivían situaciones difíciles, pero por motivos diferentes. La familia de clase media tenía acceso a alimentos, pero no tenían conciencia sobre la importancia de una alimentación saludable y los riesgos de la obesidad. Por otro lado, la familia del barrio pobre simplemente necesitaba comer para sobrevivir, pero no tenían los recursos para hacerlo. En ambos casos, la ignorancia les pasó factura.