Relajación guiada (Nadando)




Relajación guiada: Visualización de nado

Aquí te presento una relajación guiada que combina la respiración profunda y la visualización de nadar con movimientos suaves y relajantes. Esta práctica te ayudará a relajarte y a encontrar la calma

  1. Comienza por sentarte en un lugar cómodo y cerrar los ojos. Respira profundamente por la nariz y exhala lentamente por la boca. Siente cómo el aire entra en tus pulmones y cómo el estrés sale de tu cuerpo.

  2. Visualiza que estás en una piscina o en el mar, flotando en el agua tibia y suave. Siente cómo el agua te envuelve y te acaricia. Visualiza que estás flotando en el agua, dejando que la corriente te lleve suavemente.

  3. Ahora, comienza a nadar suavemente en el agua, realizando movimientos suaves y relajantes. Imagina que estás flotando en el agua, dejando que la corriente te lleve suavemente. Siente cómo el agua te acaricia y te relaja.

  4. Mientras nadas, respira profundamente y siente cómo el aire entra en tus pulmones y cómo el agua te rodea. Imagina que estás respirando bajo el agua, sintiendo la frescura y la claridad del agua.

  5. Realiza algunos movimientos suaves de natación, como brazadas suaves y patadas suaves, dejando que tu cuerpo se mueva con la corriente. Siente cómo cada movimiento suave te ayuda a relajarte y a encontrar la calma.

  6. Ahora, comienza a flotar sobre tu espalda, dejando que el agua te sostenga. Respira profundamente y siente cómo tu cuerpo se relaja y se suelta en el agua. Visualiza que estás flotando en un mar tranquilo, rodeado de la belleza de la naturaleza.

  7. Permanece flotando en el agua, respirando profundamente y sintiendo cómo tu cuerpo se relaja cada vez más. Disfruta de este momento de tranquilidad y paz.

  8. Cuando estés listo para volver, comienza a mover suavemente tus brazos y piernas, despertando lentamente tu cuerpo. Abre los ojos y toma unas respiraciones profundas antes de levantarte y continuar con tu día.

Espero que esta práctica te ayude a relajarte y a encontrar la calma. Recuerda que puedes adaptarla a tus necesidades y preferencias personales.