La viruela del mono (Cuento corto)
La viruela del mono (epidemia) (cuento corto)
¡Bienvenidos! Hoy les contaré una historia aterradora sobre la viruela del mono. Esta historia es tan espeluznante que les recomiendo no escucharla si son sensibles
Había una vez un laboratorio secreto en el que se experimentaban con virus peligrosos. Un día, uno de los científicos encargados de estudiar el virus de la viruela del mono, accidentalmente se pinchó con una aguja infectada.
El científico no le dio mucha importancia, pensó que se trataría de un simple pinchazo. Pero, poco a poco comenzó a sentirse mal. Tenía fiebre alta, sudores fríos y su piel se cubrió de unas extrañas ampollas.
Lo peor de todo es que, al cabo de unos días, empezó a contagiar a las personas que estaban a su alrededor. La viruela del mono se propagó rápidamente y no había manera de detenerla.
Pronto, la ciudad entera se convirtió en una escena de terror. Las personas infectadas andaban por las calles, con su piel cubierta de ampollas y sangre. Los gritos de dolor y sufrimiento se escuchaban en todas partes.
Los científicos, desesperados por encontrar una cura, trabajaron sin descanso para detener la propagación del virus. Pero ya era demasiado tarde, la viruela del mono había llegado a todas partes.
La ciudad quedó en cuarentena, y las personas que aún no habían sido infectadas se encerraron en sus casas, temiendo por sus vidas. Pero, poco a poco, la enfermedad se extendió y nadie estaba a salvo.
La viruela del mono se convirtió en una pesadilla para todos. La gente moría en las calles, sin poder hacer nada para detener el avance del virus.
Y así, la ciudad fue consumida por la viruela del mono. La enfermedad se propagó por todo el mundo, dejando a su paso un rastro de muerte y destrucción.
Esta historia es una advertencia sobre los peligros de experimentar con virus peligrosos. Nunca sabemos cuáles pueden ser las consecuencias de nuestras acciones. Y, aunque parezca improbable, siempre hay un riesgo de que algo salga mal.
Les recomiendo que se cuiden mucho y que eviten lugares peligrosos como los laboratorios secretos. Nunca se sabe lo que puede pasar.